Desde entonces cada conversación es un sinfín de expresiones implícitas hirientes, cada frase esconde un "te amé tanto" o un "lo hice por nosotros". Pequeñas agujas, que hirieren lento y profundo.
Y el "sólo amigos" que me prometiste donde quedó? Que ingenua fui, creer que me decías la verdad con esa sonrisa tan falsa como un billete de seis dólares.
Del amor a esto, una lucha constante de orgullos heridos, para ver quién tiene la razón, quién se cansa primero, quién se ablanda y pide perdón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario