Un cactus suaviza mis yemas con su piel, tiene cien años, solo florece una vez en tu nombre, en tu nombre. Y tiene un veneno mas amargo que la hiel, con solo invocarte voy a convertirlo en miel, en tu nombre, en tu nombre.
Cuando te busco no hay sitio en donde no estés.
Y los médanos serán témpanos en el vértigo de la eternidad, y los pájaros serán arboles en lo idéntico de la soledad.
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