Fuiste tú.

Lo tuyo fue la intermitencia y la melancolía, lo mío fue aceptarlo todo porque te quería. Verte llegar fue luz, verte partir un blues.


Que fácil fue tocar el cielo la primera vez, cuando los besos fueron el motor de arranque que encendió la luz que hoy se desaparece.
Así se disfrazó el amor para su conveniencia, aceptando todo sin hacer preguntas.


Si hubo un culpable aquí, fuiste tú.

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