Había amenazas vacías y mentiras sin sentido, y siempre que intentaste herirme, yo te herí aún peor, y mucho más profundo.
Había horas que sólo pasaban por días, cuando al fin solos contábamos las chances, que perdimos para siempre.
Pero tú ya eras historia desde el portazo, y de alguna manera me hice tan fuerte de nuevo, y nunca perdí nada de mi tiempo en ti desde ese entonces.
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